La candidatura de Juan Sartori bajo el lente de la posverdad

Título del trabajo:Explorando el fenómeno de la postverdad desde la comunicación política: una aproximación desde la entrevista televisada a Juan Sartori
Tipo de trabajo:Trabajo final de grado
Autora:Mathías Joaquín Fonfría
Autor del resumen:Sofía Dri

En su investigación para la Facultad de Información y Comunicación, Mathías Fonfría se propuso analizar el fenómeno de la posverdad en la política, ejemplificado en la entrevista del programa “En la mira” con Juan Sartori durante su candidatura en 2019.

Durante las últimas décadas se ha visto un crecimiento exponencial de los llamados “candidatos outsider”. Se trata de personalidades como Donald Trump o Silvio Berlusconi que, sin haber incursionado previamente en la política, se introducen en el ámbito mediante el uso de discursos que apelan a lo emotivo.

Según el autor de esta investigación, un factor que contribuyó enormemente en la aparición de este fenómeno fueron los medios de comunicación, y la lógica bajo la cual se rigen. Tras la aparición de las redes sociales, que propiciaron una alta circulación de noticias, los medios tradicionales tuvieron que cambiar la pisada para mantenerse a flote.

Medios y política

Este cambio en el funcionamiento de los medios modificó también la forma de hacer política a través de ellos. Para captar la atención de la audiencia y poder competir con el flujo de información que proveen las redes, los medios tradicionales comenzaron a espectacularizar el discurso político, y a centrar su atención en cuestiones como la vida personal o la historia de un candidato, y no tanto en argumentos racionales o propuestas serias.

A esta mecánica se le sumó “una audiencia que se declaró más desencantada con la política tradicional”, destaca el trabajo, y eso generó un caldo de cultivo para la aparición de figuras outsider. Estas personalidades generalmente no tienen una trayectoria previa en la política, se caracterizan por su discurso “anti-establishment”, y buscan identificarse con el ciudadano corriente.

Es con este panorama que surge la discusión sobre la posverdad. Julieta Haidar, antropóloga social, la definió como un fenómeno en la que “los sujetos no se preocupan por conocer la verdad de los hechos socio-culturales-históricos-políticos-económicos”, porque “están atrapados por los mecanismos de persuasión fuertemente vinculados a lo emocional”.

Para complementar esta idea, Martín Echeverría, doctor en comunicación y cultura, reflexionó que lo político, “otrora serio y argumentativo”, se “refina como una mercancía que fundamentalmente pretende llamar la atención de las audiencias no educadas” bajo la lógica comercial. Esto, para el autor, “terminó por relajar la división estable entre información seria y entretenimiento”, y dio pie al fenómeno de la espectacularización de la política.

En lugar de perseguir las ideas y los argumentos racionales, los medios centraron su cobertura de la política en la personalidad del candidato, su historia, su reputación. La política, que aprovechó esta mecánica, creó estrategias de marketing para construir una “marca personal” del candidato, que articuló su identidad real y la que es percibida por la audiencia. Para Fonfría, el político, bajo este paradigma, se volvió “un producto”.

El autor también sostuvo que, en el panorama mediático actual, “el espectador no juzga lo que observa según sus criterios comunes de realidad”, sino que busca que un candidato sea creíble. Esta credibilidad “no está vinculada a la veracidad del mensaje”, sino a “los componentes objetivos y subjetividad que hacen que las otras personas crean o no en esos contenidos”.

El caso Juan Sartori

La investigación postuló que un vívido ejemplo de este fenómeno en Uruguay es la aparición de Juan Sartori como candidato durante las elecciones presidenciales de 2019. Si bien el empresario nació en el país, se mudó con su familia a Europa en la adolescencia, y no había votado jamás en el padrón uruguayo hasta el año de su candidatura.

El surgimiento de Sartori fue objeto de gran cobertura mediática, tanto de su figura en sí como de la reacción del resto del espectro político, donde generó rechazo, tanto en otros partidos como en el suyo propio. Miembros del Partido Nacional, como Sergio Botana y Jorge Larrañaga, comentaron negativamente sobre su candidatura.

En medio del revuelo mediático que generó la candidatura de Juan Sartori, tuvo lugar la entrevista que se le hizo en el programa televisivo periodístico “En la Mira”, bajo la conducción de Gabriel Pereyra.

Para el autor, las entrevistas televisadas sirven para que “los actores políticos intenten posicionarse con base en las características que según sus criterios les conviertan en la mejor opción”. Para los políticos outsider, la exposición mediática y de redes es particularmente importante, ya que la población no tiene un conocimiento previo de su programa o su imagen.

Fonfría eligió esta entrevista en concreto porque consideró que era emblemática de Sartori como candidato outsider, y también del fenómeno de la posverdad. A lo largo del programa, el político expresó en varias ocasiones que hace “menos de tres meses” que empezó a considerar su postulación, y que venía a “hacer una política diferente”. Esto forma parte de una estrategia común del político outsider de utilizar discursos emotivos y apelar a la desconfianza de la audiencia en la política tradicional.

A su vez, se dio en varias oportunidades que el candidato no fue capaz de responder preguntas concretas por parte de los entrevistadores, como cuál es el salario mínimo o la tasa de desempleo en Uruguay.

Al verse enfrentado a estas situaciones, Sartori “no solo no responde las preguntas”, sino que “se apoya en datos inexistentes sin dar explicación”. Utilizó, por ejemplo, frases como “la gente dice…” pero nunca hizo referencia a quién. Fonfría arguyó que “al no poder constatar la veracidad de la información”, se abren “espacios para el despliegue de falsedades o ficciones que hacen que la desinformación se extienda”.

Este tipo de situaciones permite que la gente saque sus propias conclusiones, y que por confianza a Sartori como persona, rellene los espacios vacíos y le atribuya ideas o pensamientos que él nunca tuvo.

La contracara de este fenómeno es que la ambigüedad puede jugarle en contra al político. Según el autor de la investigación, “el uso desmedido de la ambigüedad puede propiciar en las audiencias la instalación de la insatisfacción y la desconfianza”, y generar “una pérdida de credibilidad”. Esto le sucedió a Sartori al ser “impreciso y poco transparente respecto a la puesta en marcha de sus propuestas de empleo”.

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